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Sotosalbos

Un tesoro románico en un pueblo casi secreto

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La torre de la iglesia de San Miguel Arcángel, de estilo románico del siglo XII, custodia desde las alturas todo lo que alcanza a otear en lontananza el municipio segoviano de Sotosalbos. Poco más de cien almas viven aquí. Son todas afortunadas al poder contemplar a diario este emblemático templo, uno de los mejores ejemplos que se conservan del románico segoviano. El centro de la localidad, acogedora y bucólica, es la Plaza Mayor, que también es plaza de la iglesia, un lugar peatonal, de suelo adoquinado y tejas árabes. En mitad de ella se encuentra un olivo centenario, principal testigo de la paz que se ha respirado aquí durante el último siglo.

Otro de los monumentos singulares de Sotosalbos, esta vez de piedra, es la Cruz de Canto, de alrededor de un metro, punto de referencia y límite de territorios, que figura en el paisaje desde la época de los Reyes Católicos. En la Plaza del Descansadero del Herrero encontraremos el vestigio de una antigua tradición que habla de la importancia del ganado en la zona: un potro de herrar animales para las faenas del campo. En definitiva, un pueblo de singular belleza rodeado por un entorno lleno de pinares.

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